China ha ocultado el verdadero alcance de la epidemia de coronavirus, publicando cifras artificialmente bajas del número de contagiados y fallecidos. Así lo afirma un informe de los servicios de Inteligencia estadounidenses al que ha tenido acceso la agencia de noticias Bloomberg.
Ese mismo medio, propiedad del candidato a la presidencia por el Partido Demócrata Michael Bloomberg -un destacado defensor del régimen chino, del que, ha dicho, «no es una dictadura»-, dice que la web china Caixin ha publicado la foto de un camión en la ciudad china de Wuhan transportando 2.500 urnas funerarias. El conductor del camión, explica Caixin, había descargado otras 2.500 urnas de una funeraria el día anterior. Otras fotos en Caixin muestran siete pilas de 500 urnas funerarias cada una para ser cargadas en un camión. La web de microblogging Weibo -similar a Twitter, que está prohibido en China, igual que Facebook- ha borrado hoy fotos de urnas para cenizas.
Según Bloomberg, hay colas de varias horas para recoger las cenizas. Seis de las ocho funerarias de Wuhan han declarado a ese medio que, o no tienen información acerca del número de cadáveres cremados que tienen en sus instalaciones, o no están autorizados para darla. Las dos restantes no han respondido a Bloomberg.
El cuestionamiento acerca de las cifras reales de muertos en China no es nuevo en absoluto. Pekín ocultó el coronavirus durante varias semanas en 2019, y silenció a los médicos que informaron de los primeros brotes de la pandemia. Y sus números nunca tuvieron mucho sentido, a juicio de los expertos. Ya el 13 de febrero, la revista financiera Barron’s publicaba un artículo en el que consultaba a Melodie Goodman, profesora asociada de Bioestadística de la Universidad de Nueva York, acerca de los datos dados por Pekín de muertos e infectados.
El resultado era concluyente. «Los números del coronavirus en China no encajan», proclamaba el artículo. Según el análisis de Goodman, las cifras suministradas por Pekín seguían una fórmula matemática que permitía evaluar con un 99% de posibilidades cuáles iban a ser los números del día siguiente. Esto, simplemente, es algo que no se da en el mundo real. Para la experta, «esto me hace pensar que alguien está simulando los números. Significa que ya sabes lo que va a pasar».
Las tensiones acerca de la fiabilidad o manipulación de las estadísticas de China han llegado incluso al G-7, donde Estados Unidos y Japón mantienen una actitud mucho más beligerante hacia Pekín que sus aliados europeos. El Gobierno de Donald Trump ha hecho responsable a China de la expansión de la enfermedad a todo el mundo al ocultar los datos.
Hasta la fecha, nadie ha pedido explicaciones a los servicios de Inteligencia occidentales acerca de cómo es posible que, si de verdad China ocultó el coste humano de la enfermedad, no se dieran cuenta hasta ahora. Hay que tener en cuenta que Wuhan es una ciudad de 11 millones de habitantes y que EEUU ha designado a China competidor estratégico, con lo que cabría pensar que la CIA – cuyo presupuesto triplica el de las Fuerzas Armadas españolas- y las otras 17 agencias de espionaje estadounidenses, más las de otras potencias asiáticas y europeas, deberían haber sido capaces de detectar el gigantesco fraude del que ahora acusan a Pekín.
FUENTE: EL MUNDO
POR: GUIZZARDI SEBASTIAN