A 100 años de la radiodifusión en Argentina: Pepe Peña, las manos mágicas que comandaron la consola de Radio Colón por 45 años

Su verdadero nombre es Julio Alfredo. Trabajó toda su vida como operador de radio. Desde su cabina puso al aire a los programas y a los personajes más exitosos de la radiofonía sanjuanina. Mirá la quinta de las entrevistas que produce Telesol Diario como homenaje al centenario de la radiodifusión nacional.

Pepe Peña fue como un arquero de fútbol. Desde una posición privilegiada le tocó ver, sentir, ser espectador y oyente directo de los mejores programas de la radiofonía sanjuanina. Por 45 años comandó el control central de la consola de Radio Colón y desde ese lugar tuvo el pulso para definir si la propuesta radial estaba al aire “5 barra 5”.

Su verdadero nombre es Julio Alfredo ¿Y por qué Pepe entonces? Él mismo cuenta el origen de ese seudónimo que lo marcó para siempre. “Mi nombre artístico es una cuestión laboral”, dice entre risas. Y agrega: “El padrino del apodo fue Mario Pereyra. Había una persona que estaba haciendo el trabajo de operador y yo le ayudaba. Mario dice ‘¿quién es el nuevo?’, quería saber quién era yo. Y ahí mismo dijo ‘este se va a llamar Pepe’, y quedó ahí grabado en la historia. Así transcurrieron 45 años”.

LV1 fue la cuna para Peña. No sólo significó el lugar de trabajo, también representó una usina de aprendizaje para su formación como operador. Y también de vida, claro. Gracias a la radio conoció a su esposa. Por esos pasillos jugaron sus hijos y nietos. En esa cabina de control le tocó sufrir el asedio militar, cuando la dictadura entraba a las radios para censurar música. La música de los discos que Pepe tenía que poner al aire, o la que no podía, por estar prohibida.

Pero antes de eso hay una historia de un joven inquieto. “Esto nace ‘intruseando’ a los 14 o 15 años. Los boliches y el mundo de la música dieron comienzo a todo, primero con mi hermano y un amigo en Mendoza y luego en San Juan. A los 18 años ingresé a Colón”, cuenta.

Un curioso dato es que los empleados de Anses no podían creen cuando a sus oficinas llegaron los antecedentes laborales de Pepe, para comenzar con los trámites jubilatorios. “Hace tres meses me jubilé. Siempre en la misma empresa. Fueron años consecutivos y por suerte estaban todos los aportes. Eso me dio mucha alegría y tranquilidad, sobre todo por los tiempos que corren en esta pandemia”, expresa.

Las manos mágicas que manejaron una consola tan importante, en los años de oro de la radiodifusión en San Juan, pueden contar lo viejo de la radio y cómo fue desarrollándose a lo largo de la historia. “Antes de los discos de vinilo hubo cosas muy jugosas. Transmisiones de exteriores, de deportes, con gente que quedó en la memoria de los sanjuaninos y argentinos. Hay que recordar que a nivel nacional Colón tuvo una trascendencia muy grande. Llegó a poseer una oficina productora comercial en Buenos Aires. Eso le dio un marketing a la radio que la catapultó cuando se iniciaba”, recuerda Pepe.

Restan pocos días para que la radiodifusión cumpla 100 años. Pero no hay que olvidar que LV1 soplará 90 velitas muy pronto también. “En 1930 todo era muy rudimentario. Esta empresa nació por una necesidad comercial de la bodega Graffigna de conectarse con los lugares en donde se producían las uvas. Y con el tiempo la transformaron en radio”, comenta.

Ese fantástico mundo radial, con números artísticos en vivo, con noticias que se tomaban por banda lateral única desde radios de Buenos Aires como Belgrano, Splendid, está intacto en el relato de Julio Alfredo. “Colón fue la emisora privada más antigua del país. Sus creadores resultaron ser unos visionarios, la hicieron crecer. Pasó de mano en mano y mejoró con el tiempo. Tuvo la suerte de tener genialidades como el técnico José Rocha, quien le dio un gran impulso a esa parte, con 25 kw en antena, había que ponerloAlgunos programas fueron hechos con libreto o guiones, algo que tenía que seguir el operador. Fue un momento maravilloso de la radio. Hoy eso sería difícil”, señala.

Luego llegó el turno de las FM. La 98.5 que le dio un sello, una marca a la emisora. “Cada AM debía tener una FM. Se instaló Mogote Corralito, a 3.600 metros de altura en un lugar en donde la energía no llegaba, había que generarla en el mismo cerro; pero eso fue un gran éxito”, contó.  Además, el avance tecnológico iba modificando la tarea en las cabinas de los operadores. Llegaron las bandejas sincron y los grabadores Revox de cinta abierta. “Tuvimos que adaptar la consola para trabajar con 40 o 50 canales de exteriores.(Pepe carpino nos contó que no solo era un gran operador sino un guía y colaborador de locutores ). En un aniversario de la radio llegamos a hacer los 50 micrófonos, que fueron reales y transmitimos desde 50 lugares de San Juan. En cada pueblo, por más chiquito y humilde que haya sido, estuvo Radio Colón y lo transmitió”.

Alberto Vallejos y la Pandilla del Tío Melchor quedaron en la mente y el recuerdo de la gente. Lo mismo la seriedad en las noticias de Rodolfo Cuadros, un personaje entrañable. O Pepe Martín con los Bailables Colón de los sábados y domingos por la tarde. Ni hablar de Guido Iribarren, ese genial hacedor de programas de tangos. “Tuvimos muchísimas anécdotas. Él tenía un humor cotidiano increíble, cuando llegaba y se iba. No tenía penas, generó un muy buen ambiente de trabajo. Lo mismo Luis Yunes, Norma Quartino, Lidia Gómez Brun, Jorge Darío Bence”, dice, evocando las personalidades que pasaron por las perillas de “la fría y la caliente”.

Los acontecimientos históricos de la humanidad estuvieron en el dial de la radio bodeguera. “Transmitimos el lanzamiento del Apolo 11, o la cobertura cuando asumió el Papa, de Lucho Román. Él fue un gran hombre del periodismo que dejó una escuela, enseñanzas para mucha gente. También recuerdo las transmisiones de ciclismo desde México, con transmisores de banda lateral única, con más ruido que palabras. Pero en todo eso había una necesidad nuestra y una enorme pasión para llegar a los oyentes con un mensaje tan puro”, cuenta.

“Algunos discos de acetato quedan en la memoria, los utilizamos para los jinlges históricos. Pero el avance de la tecnología y la era digital es maravillosa. Nos ha permitido agilizar y hacer cosas mejores, hoy es mejor que ayer. La radio no se quedó, hizo una metamorfosis, nos desafía otra vez con el poder de la comunicación para mejorar la calidad. Y sigue siendo el medio que acompaña a la gente donde esté. Esa es su gran virtud, por eso me apasionó siempre”, dice emocionado.

La pregunta de quienes trabajan en la radiodifusión actual se impone ¿Es posible volver a hacer esa misma radio que vivió Pepe? Y la respuesta es negativa, ya que no están los personajes que hicieron aquella radio. “Hay que crear una nueva radio, en base a nuevos personajes. Si quieren tomar los ejemplos anteriores tómenlos, porque dieron buenos resultados”, afirma.

FUENTE:telesoldiario