Marzo cerró con un 12,2 % de desocupación, un nivel que no se veía desde el año siguiente a a la guerra, lo que representa 562.522 ciudadanos sin empleo, un 52,5 % más que al final del mismo mes del año pasado.
En números absolutos esa cifra es la más alta desde 1946. Desde entonces, el número de habitantes del país centroeuropeo aumentó en unos 2 millones, hasta 8,8 millones.
La fuerte subida de la desocupación se produjo después de que el gobierno, integrado por conservadores y ecologistas, impusiera el 16 de marzo un confinamiento general para frenar la pandemia, de forma que los ciudadanos solo pueden salir a la vía pública para ir a trabajar, comprar alimentos, acudir al médico o dar un breve paseo.
Tras la cancelación de actos masivos, se cerraron todos los centros educativos, restaurantes, hoteles y otros locales de ocio, así como los comercios salvo los de artículos básicos.
El mayor incremento de desempleados, del 145 %, se registró en el sector hotelero y de gastronomía, seguido de la construcción (95 %), y el del transporte y almacenamiento (84 %).
Al mismo tiempo, cayó «de inmediato», en un 20,5 %, el número de puestos de trabajo vacantes, informó el AMS en un comunicado publicado en su web.
El director del AMS, Johannes Kopf, destacó en la nota que «este aumento extremo del desempleo no solo es un enorme desafío para las numerosas personas afectadas, sino que también pone en una prueba sin precedentes al organismo», que desde principios de 2017 no registraba una subida de la desocupación, informó la agencia EFE.
La grave situación se produce a pesar del amplio paquete coyuntural, por un valor total de 38.000 millones de euros (entre ayudas directas, moratorias fiscales y garantías crediticias) adoptado por el Ejecutivo el 18 de marzo precisamente para limitar el desempleo.
«Nuestro lema es asegurar los puestos de trabajo cueste lo que cueste», dijo entonces el canciller federal, Sebastian Kurz, aunque admitió que la base del negocio de muchas empresas «se ha desvanecido».